viernes, 21 de diciembre de 2012

Pequeños Escenarios Perdidos en el tiempo.

El Árbol


No es novedad, que quienes conozcan la familia de Maximilian Winchester y Alexis Drake, sepan que el joven escritor padece de varios temores que se incrementaron a medida de que su pequeño y único hijo crecía y se lanzaba a descubrir el mundo.
A pesar de que Maximilian era un padre ejemplar, que, aún en su mundo de aventura tomaba todos los recaudos para que nada le pasase a su hijo en cada nueva experiencia, Alexis siempre estaba con el temor de “y si..” en el corazón, velando tanto la seguridad de su hijo como la de su esposo en cada oportunidad.
Y  fue la cuarta navidad juntos, ya con un Mathy de seis años correteando por la casa, en donde el temple de nuestro querido escritor se vio puesto a prueba, cuando, a la tarde de la víspera de Navidad, su hijo le saludó desde lo alto del árbol de su patio, acompañado de su fiel mascota, Circe, una gata completamente negra que sus padres le habían obsequiado de cachorra, hace dos años.
Estaba terminando la cena de Navidad, y esperando a que Maximilian regresase con las compras de último momento, cuando notó que Mathy estaba demasiado “silencioso”.
Buscó en el cuarto, en su estudio, en el cuarto de juegos, en el jardín y luego, en el patio, cuando, desde lo alto, escuchó aquella vocecita tan característica desde lo alto.
-Aquí, papi!- llamo Mathew desde lo alto de un gran árbol, sonriendo feliz, quizás por haber llegado casi a la cima solo, sin ayuda de su padre, mientras balanceaba los pies en el aire y en su regazo, su gata negra observaba el panorama .
-Hooo Mathy! Baja de ahí- trataba de sonar calmado, no quería asustar a su bebe, por lo que sonrió amable y tendió su mano – He preparado galletas cariño, y ya va a anochecer, y no traes un abrigo grueso-
Mathy asintió y dejo que su compañera bajase primero, pero, al girarse y tratar de seguirla, Alex pudo notar, con un pequeño indicio de pánico en el estómago, que Mathy quedaba paralizado
-¡Papi! No puedo bajar!- gritó el pequeño un poco asustado , no recordando que ramas había pisado y aferrándose al tronco inseguro de donde debía poner el pie.
La primera reacción de Alex fue palidecer, caerse sentado en el suelo y luego dejar que el pánico sobreprotector le invadiese al mejor estilo Alexis Drake, por lo que terminó casi corriendo en círculos alrededor del tronco buscando la forma de amortiguar el posible golpe que se diera su hijo en caso de que se cayera, no podía esperar a que Max llegase y le bajase de ahí, el moreno no regresaría hasta el anochecer, y o el niño se caía, o pillaba una buena pulmonía por el frío, no! No iba a permitir eso, por lo que se puso firme, mirando con cuidado las ramas del árbol suspiró pero tomó coraje, el coraje que solo un padre protector podría tener.
-Papi va a subir cariño- dijo mientras corría y tomaba impulso para un ágil salto, como en su adolescencia, trepar el árbol, cual felino, no le fue difícil , y en dos segundos tomó a Mathy con uno de sus brazos, sonriéndole.
-Papi esta aquí cariño-
El pequeño se aferró hasta que, hasta el momento había pensado era solo un papi miedoso que no sabía trepar árboles, pero le había sorprendido, su papi sabía trepar árboles, y no le temía a las alturas….
Alex comenzó a bajar con cuidado, y ya en el último tramo sintió unos brazos fuertes que le ayudaban a bajar con Mathy y todo.
-Cariño-
Maximilian les sonreía, orgulloso de que su hijo se animase a un paso más al mundo, y que Alexis hubiera dejado todos sus temores de lado para ayudar a su pequeño, les abrasó , feliz, lleno de cariño, como solo el lobo podía serlo.
Aquella noche, mientras Mathy dormía luego de la cena de navidad, y mientras Alex y Max haciendo el menor ruido posible ponían los regalos bajo el árbol, el moreno abrasó y beso a su esposo.
-Lo que hiciste hoy fue un gran paso- le dijo orgulloso a su querido escritor.
Alex le miró con cara de no entender nada, con el osito de felpa en sus brazos , pero recibió el beso y el abraso con gusto.
-Hoy volviste a ser el chico del que me enamoré…- Max entendiendo quizás como nadie los gestos de Alex, le acarició la mejilla y le beso la frente –Despertaste aquella parte de ti que habías dormido, esa parte que no le temía a treparse a un árbol alto,  ni enfrentar el peligro por un ser querido…-
-Max… solo trepé un árbol para bajar a Mathy…. – el joven escritor rió pero le abrazó mimoso – Pero si no fuera por ti, mi querido lobo, me habría caído, con Mathy y todo… como siempre, necesité de ti para poder seguir…-
-De eso se trata la familia gatito- Max le acarició la espalda, enredó sus dedos en las finas hebras de cabello castañas rojizas de su esposo, -Se trata de ayudarnos, de protegernos y de apoyarnos todos.. De estar ahí cuando el otro necesita apoyo… o simplemente animar a que siga adelante…. mira- sacó un papel de su bolsillo, era un dibujo de Mathy, en donde Alex pudo  reconocerse. en medio de una especie de matorral de marrón y verde oscuro cargando a Mathy cual super héroe y Max, representado como casi un oso, con los brazos abiertos esperando a recibirnos a ambos con un gran abrazo.
-Menudas cosas se aprenden en navidad he?- bromeó Alex, pero conmovido por aquella sana sabiduría humilde que poseía su amado esposo
- Es porque es la época en donde aquel sentimiento de unidad se vuelve más fuerte…-
Alex se alzó y le robo un beso
-Contigo, Max… cada día del año es Navidad….-
-Y contigo también cielo-

Ambos sonrieron, se volvieron a abrazar, aquel amor que se tenían, no había bajado de intensidad ni un solo día, y aquella navidad, el sentimiento de confianza se había afianzado aún más. 

1 comentario:

  1. G: cursis!

    goh!! este tambien me gusto *w* me encanta Mathy es tan >w< ya veo a alex de papa protector cuando este mas grande XDDD

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