La víspera de navidad siempre era acompañada por dos cosas características en nuestra ciudad, la nieve blanca, cubriéndolo todo, y los conciertos que daba la Academia Armonía, sublimes a más no poder, claro que si, si contaba con los mejores profesores y con los más dedicados alumnos.
Hubiese sido una navidad como tantas otras para Andrew y para Sebastian si no fuese porque desde hacía días el joven flautista notaba ausente a su pareja.
-¿Bastian?- el violinista salió de sus pensamientos para mirarle y sonreirle, es lo que más amaba Andrew de Sebastian, esa capacidad de sonreír con dulzura, a pesar de las circunstancias.-¿estas bien, amor?-
El chico sonrió y asintió, acariciándole la mano a su reciente esposo, y luego, como si aquel tacto no fuese suficiente, le abrasó.
-A mi no me engañas, te pasa algo- insistió Andrew, - Algo te pasa, te preocupa... te conozco-
Sebastian volvió a negar y para acallarle le robó un besito dulce y cariñoso.
-Estoy bien Andy- dijo sonriendole más dulce aún, mientras le acomodaba los rebeldes cabellos rubios que le caían por sobre los ojos -solo ... pienso... eso es todo-
-¿Y que piensas?- preguntó curioso Andrew
-En cuanto te amo...-
-Vamos amor, no vas a estar deprimido por pensar que me amas o ¿si?-
Sebastian pareció un poco entristesido por aquello.
-No... no por ello....-
-Entonces ¿ qué es mi amor?- le acarició las mejillas suavemente, mirándole con esas casi sobrenaturales orbes violáceas, haciendo estremecer a su pareja.
- Esta bien....- suspiró - Pero promete no enojarte..-
-Prometo que me lo pensaré dos veces...- respondió Andrew
Sebastian tomo aire y suspiró nuevamente.
-Cuando salgo de, trabajo... hay... un niño... esta semana lo vi muchas veces... esta sentadito, solo en el umbral ... no debe tener más de cuatro años... al principio pensé que su madre o su padre estaban cerca pero luego.... no hay nadie, ni padre , ni madre nadie... y Adrian el otro día le encontró dormido en la puerta del instituto... fue terrible, con este frío, y solo...-
-¿Y que hicieron?- a Andrew le costaba mucho creer que Adrian fuese a dejar desamparada a una criatura pequeña...
-Adrián llamó al servicio social, se lo llevaron a un orfanato creo.... pero...- los ojos de Sebastian estaba brillantes por las lagrimas que amenazaban con salir - Te juro que no puedo dejar de pensar en él... y... dios ¡se me parte el corazón!- terminó gritando y dejando que por fín el llanto llegase y bañase sus ojos esmeraldas, se acurrucó entre los brazos de su esposo buscando un poco de su calor, de su amor, de su protección...
Andrew no dijo más nada del tema, solo se limitó a abrasarle fuerte, a calmarle, a tratar de despejar a su esposo... pero Bastian no podía, por su dulce corazón, por ser como era, olvidar aquella carita inocente, lastimada por el frió del invierno y sin entender, por que estaba solo, por que sufría... era algo muy descorazonador ....
Llegó la Nochebuena y Sebastian se paso todo el día en el trabajo, dejando en manos de Andrew la casa y la cena de Navidad.
Pero al llegar, notó como su esposo le tomaba de las manos y le besaba con dulzura.
-Andy ... ¿que..?- miró alrededor, algo había cambiado... había olor a barniz , como el perfume que inunda un cuarto cuando hay muebles nuevos .
-Shhh... solo sígueme ..- el rubio le guió llevándole de la mano con dulzura, y abrió la puerta del cuarto de música... que ya no era un cuarto de música, sino un cuarto infantil, recién montado y cubierto de peluches.
-An...Andy....- Sebastian le miró algo asustado, pensando que quizás su esposo había perdido la cordura , pero él solo le acalló poniendo un dedo en sus labios.
-Vamos... - tiró de su mano, casi corriendo escaleras abajo, mirando el reloj y como casi si hubiese sido cronometrado, el timbre de la residencia sonó.
-Andy ... por favor dime que esta pasando! - Sebastian parecía asustado, pero se quedó con la mitad de su reclamo ahogado, al ver en el umbral de la puerta a una mujer vestida con un sobrio traje azul marino, y de la mano , llevaba a un pequeño de no menos tres años.
Andrew dejó pasar a la mujer, y sin pensárselo mucho, cargó al pequeño niño, que, aunque ahora estaba bañado, y abrigado, seguía mostrando algunos rasgos lastimados por el intenso frío.
-Es una suerte que, no haya ido a parar a un orfanato y que hace mucho hayas iniciado el trámite para adoptar más adelante- dijo la mujer - Eso facilitó las cosas al buscarle un hogar sustituto, por cierto, el pequeño se llama Michael, no se le conoce apellido, pudimos averiguar su nombre porque es una de las pocas palabras que sabe decir....-
Sebastian no podía creer lo que escuchaba, tembloroso se acercó al niño, que pareció reconocerlo, porque le apuntó con uno de sus deditos y murmuro dos palabras "Ángel... música..." haciendo que el violinista le abrasase, con los ojos empañados en lágrimas , pero esta vez lagrimas de felicidad, dejando al pequeño en medio entre él y su esposo.
-No bebe...- susurró suave Andrew abrasándolos a ambos - Tu eres ahora, nuestro angelito...-
Aquella no fue una Navidad como cualquier otra... aquella era una Navidad que marcaba el nacimiento de una nueva familia...
Hubiese sido una navidad como tantas otras para Andrew y para Sebastian si no fuese porque desde hacía días el joven flautista notaba ausente a su pareja.
-¿Bastian?- el violinista salió de sus pensamientos para mirarle y sonreirle, es lo que más amaba Andrew de Sebastian, esa capacidad de sonreír con dulzura, a pesar de las circunstancias.-¿estas bien, amor?-
El chico sonrió y asintió, acariciándole la mano a su reciente esposo, y luego, como si aquel tacto no fuese suficiente, le abrasó.
-A mi no me engañas, te pasa algo- insistió Andrew, - Algo te pasa, te preocupa... te conozco-
Sebastian volvió a negar y para acallarle le robó un besito dulce y cariñoso.
-Estoy bien Andy- dijo sonriendole más dulce aún, mientras le acomodaba los rebeldes cabellos rubios que le caían por sobre los ojos -solo ... pienso... eso es todo-
-¿Y que piensas?- preguntó curioso Andrew
-En cuanto te amo...-
-Vamos amor, no vas a estar deprimido por pensar que me amas o ¿si?-
Sebastian pareció un poco entristesido por aquello.
-No... no por ello....-
-Entonces ¿ qué es mi amor?- le acarició las mejillas suavemente, mirándole con esas casi sobrenaturales orbes violáceas, haciendo estremecer a su pareja.
- Esta bien....- suspiró - Pero promete no enojarte..-
-Prometo que me lo pensaré dos veces...- respondió Andrew
Sebastian tomo aire y suspiró nuevamente.
-Cuando salgo de, trabajo... hay... un niño... esta semana lo vi muchas veces... esta sentadito, solo en el umbral ... no debe tener más de cuatro años... al principio pensé que su madre o su padre estaban cerca pero luego.... no hay nadie, ni padre , ni madre nadie... y Adrian el otro día le encontró dormido en la puerta del instituto... fue terrible, con este frío, y solo...-
-¿Y que hicieron?- a Andrew le costaba mucho creer que Adrian fuese a dejar desamparada a una criatura pequeña...
-Adrián llamó al servicio social, se lo llevaron a un orfanato creo.... pero...- los ojos de Sebastian estaba brillantes por las lagrimas que amenazaban con salir - Te juro que no puedo dejar de pensar en él... y... dios ¡se me parte el corazón!- terminó gritando y dejando que por fín el llanto llegase y bañase sus ojos esmeraldas, se acurrucó entre los brazos de su esposo buscando un poco de su calor, de su amor, de su protección...
Andrew no dijo más nada del tema, solo se limitó a abrasarle fuerte, a calmarle, a tratar de despejar a su esposo... pero Bastian no podía, por su dulce corazón, por ser como era, olvidar aquella carita inocente, lastimada por el frió del invierno y sin entender, por que estaba solo, por que sufría... era algo muy descorazonador ....
Llegó la Nochebuena y Sebastian se paso todo el día en el trabajo, dejando en manos de Andrew la casa y la cena de Navidad.
Pero al llegar, notó como su esposo le tomaba de las manos y le besaba con dulzura.
-Andy ... ¿que..?- miró alrededor, algo había cambiado... había olor a barniz , como el perfume que inunda un cuarto cuando hay muebles nuevos .
-Shhh... solo sígueme ..- el rubio le guió llevándole de la mano con dulzura, y abrió la puerta del cuarto de música... que ya no era un cuarto de música, sino un cuarto infantil, recién montado y cubierto de peluches.
-An...Andy....- Sebastian le miró algo asustado, pensando que quizás su esposo había perdido la cordura , pero él solo le acalló poniendo un dedo en sus labios.
-Vamos... - tiró de su mano, casi corriendo escaleras abajo, mirando el reloj y como casi si hubiese sido cronometrado, el timbre de la residencia sonó.
-Andy ... por favor dime que esta pasando! - Sebastian parecía asustado, pero se quedó con la mitad de su reclamo ahogado, al ver en el umbral de la puerta a una mujer vestida con un sobrio traje azul marino, y de la mano , llevaba a un pequeño de no menos tres años.
Andrew dejó pasar a la mujer, y sin pensárselo mucho, cargó al pequeño niño, que, aunque ahora estaba bañado, y abrigado, seguía mostrando algunos rasgos lastimados por el intenso frío.
-Es una suerte que, no haya ido a parar a un orfanato y que hace mucho hayas iniciado el trámite para adoptar más adelante- dijo la mujer - Eso facilitó las cosas al buscarle un hogar sustituto, por cierto, el pequeño se llama Michael, no se le conoce apellido, pudimos averiguar su nombre porque es una de las pocas palabras que sabe decir....-
Sebastian no podía creer lo que escuchaba, tembloroso se acercó al niño, que pareció reconocerlo, porque le apuntó con uno de sus deditos y murmuro dos palabras "Ángel... música..." haciendo que el violinista le abrasase, con los ojos empañados en lágrimas , pero esta vez lagrimas de felicidad, dejando al pequeño en medio entre él y su esposo.
-No bebe...- susurró suave Andrew abrasándolos a ambos - Tu eres ahora, nuestro angelito...-
Aquella no fue una Navidad como cualquier otra... aquella era una Navidad que marcaba el nacimiento de una nueva familia...
awww que lindo TwT me sacaste las lagrimas DX de emocion pues XDD, pero es tan awwww *^* me gusto, me gusto mucho >w< sigue escribiendo mas
ResponderEliminar