domingo, 15 de septiembre de 2013

Cap 1: Colores de un Mundo Acromático.



¿Cuando fue la ultima ves que observaste el intenso color de una flor? y el cielo azul?.. cuando fue la ultima ves que un color no solo entro por tus ojos sino que se mezclo con tu alma?...

Mi vida podría haber sido catalogada de sencilla aunque tampoco fue estándar, mis padres murieron cuando yo era muy pequeño y quede a cargo de una tia soltera que trabajaba todo el día. 
Criándome en soledad y acostumbrándome a ella, empece a perder la noción de los colores, de la felicidad, no es que no fuera feliz con mi tía, sino que simplemente mi vida había caido en una eterna rutina. Levantarse todos los días a la misma hora, recorrer los mismos caminos, ver a las mismas personas , los mismos lugares... Todo aquello había echo que, perdiera la emoción por vivir, limitándome simplemente a ello, a la rutina.

Lo único que mas o menos me parecía emocionante, eran mis clases de violín, desde pequeño estudio música en general y cuando mis padres murieron, rogué a mi tía que me dejase seguir con las clases, a lo que ella accedió de buena gana, la buena mujer solo quería verme feliz. 

Ahora con diecisiete años, el camino al instituto de música es parte de mi rutina semanal, aunque me la sé de memoria, el paisaje para mi se volvía.. insulso, edificios, autos, la vereda, lo único que variaba era el contenido de las vidrieras a medida que pasaba el tiempo.

Entonces fue cuando lo vi, o mas bien mi mirada se cruzó con una purpurea intensa, dulce y penetrante, no pude ver bien su rostro porque aquel color me había paralizado unos segundos, hasta que la bocina de un auto me saco de mi trance.. me había parado en medio de la calle petrificado con aquella mirada y el auto apenas si logro esquivarme , dejándome como recuerdo un bocinazo y un par de insultos .

Corrí hasta la otra parte de la calle, y a pesar del susto sonreía como un idiota.. Entre corriendo a mi clase de violín y mi mente no podía dejar de pensar en esos hermosos ojos, y en su dueño o dueña, me había enamorado, si enamorado profundamente de esa mirada... hasta la música ese día parecía nacer mas bella de mi viejo violín, sonreía y sentía algo cálido nacer de mi, era felicidad, si felicidad, como un respiro de aire puro luego de años de encierro...

Cuando salí, el atardecer teñía los conocidos edificios de un naranja intenso a medida que el cielo azul oscuro se imponía . Camine a casa con un par de compañeros, que hablaban de un campamento el fin de semana, por regla general yo no iba, digamos que la naturaleza no me llamaba, pero esta ves, acepte.. La brisa primaveral, el sonido de la música aun envolviéndonos me hacían sentir como una nueva persona.. y sobre todo...

Mi mundo acromático habia tenido una explosión de vivos colores

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