Quizás las cosas siempre se dan por algo... siempre ocurre algo que marca un antes y un después en tu vida ¿verdad?... hay algo que hace que sientas que el corazón late fuerte, que veas el mundo con otros ojos... de echo, lo que me ocurrió fue que salí de mi mundo, mi pequeño espacio cerrado para descubrir algo intenso, maravilloso, infinito, como solo puede llegar a ser el amor…
Yo suelo llamarlos giros del destino, y fue aquella hermosa tarde de otoño que tuve mi gran giro del destino, en el que por primera vez en mi vida, fui consciente de toda la belleza que me rodeaba en el mundo…
Mi nombre es Alexis, tengo 18 años y voy a terminar la secundaria este año y a empezar mi carrera como escritor profesional… cuando conocí a Maximilian, mi giro del destino…
El otoño había llegado como todos los años, pintando de oro las hojas de los árboles y si te fijas con atención, entre los arboles del colegio puedes ver una silueta montada en una de sus ramas, con un cuaderno de notas y un lápiz en su mano…
Su silueta es delgada, no es muy alto, su cabello es castaño y quizás en algún arrebato de locura adolecente lo tenga más claro debido a que una tarde se puso a jugar con los tintes del cabello de su madre, sus ojos son de color miel, heredó el color del iris de su padre inglés, y la preciosa forma razgada de su oriental madre… su vestimenta es normal, vaqueros negros, camiseta ajustada al cuerpo y encima una chaqueta que es dos o tres veces por encima de su talle…
Ese chico soy yo, en mi habitual espacio de creatividad , sobre los arboles de mi colegio, testigos mudos de mis locuras susurradas en el papel , y ese día en especial, un grupito de chicos jugaba en la cancha que estaba cerca de donde yo, sumido en mi pequeño y hermético mundo , creaba en mi cuadernillo historias fantásticas pero sin un sentido especial, todas eran estrofas sin sentido entre si, sin ningún hilo que las uniese, como si mis ideas no tuvieran un principio ni un final… porque mi vida no tenia presisamente eso, ni un principio ni un final, un punto cual llamar comienzo ni un horizonte cual llamar final… nada…
Y ese chico de ahí, si, el muchacho moreno de camisa a cuadros que esta con una sonrisa de oreja a oreja mientras se toman cinco minutos de descanso en el juego, puedes ubicarlo enseguida, es el que siempre esta sonriendo de una forma como si todos los días fuesen los mejores de su vida, porque cuando te pierdes en esos ojos dulces y llenos de vida puedes ver el sol resplandeciendo aun si es de noche y esta nublado, bueno, ese es mi giro del destino y en aproximadamente dos minutos, me mirará por primera vez…
PUM!
El árbol se estremeció cuando el balón dio de lleno en el tronco, quien había sido el idiota que pateo un balón de basket contra un árbol jamás lo sabré, y quízas una jugarreta del destino hiso que perdiera el equilibrio con el simbronaso y junto con las ocres hojas de mi refugio, fui a dar al suelo , como un felino, aunque quitando su elegancia, quizás un perezoso distraído , que quedó despatarrado de una forma para nada grácil entre medio del montón de hojas que le sirvió de amortiguador.. si queridos lectores, en esa penosa pose me conoció Maximilian, quien amablemente había ido a ver que fue el bulto que se presipitó desde las copas de los arboles, y que a pesar de que teníamos de fondo el coro de carcajadas de los estudiantes que estaban en la cancha, el me sonrió de una forma tan dulce, mientras se acercaba , que nada más me importó, el dorado de las hojas hacían ver un resplandor dorado en él, haciéndolo ver, verdaderamente, como un sol…
Así es como comienza la segunda entrega de Colores en un Mundo Acromático, esta vez relatándonos las aventuras de Alexis, un joven gruñón aspirante a escritor enamorado de Maximilian, un dulce muchacho bonachón y el entorno social en el que se desarrollan... Alexis deberá aprender a abrir su mundo hermético para dejar entrar a su sol, y que su vida deje de ser una eterna noche... una hermosa historia de amor, con algunos toques humoristas a mano de nuestro Gato de la Luna
Así es como comienza la segunda entrega de Colores en un Mundo Acromático, esta vez relatándonos las aventuras de Alexis, un joven gruñón aspirante a escritor enamorado de Maximilian, un dulce muchacho bonachón y el entorno social en el que se desarrollan... Alexis deberá aprender a abrir su mundo hermético para dejar entrar a su sol, y que su vida deje de ser una eterna noche... una hermosa historia de amor, con algunos toques humoristas a mano de nuestro Gato de la Luna
Parece que voy a ser la primera, me encanta ese comienzo, ya estoy deseando leerlo.
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